viernes, 29 de agosto de 2014

MADRES QUE CALLAN :(


El siguiente contenido fue extraído de un blog acerca del Abuso Sexual Infantil:

Se realizo un encuentro en el que se habló sobre la falta de leyes en muchos países contra las madres que no denuncian el abuso sexual que sus hijos viven a manos especialmente de los papás o padrastros, y de como ellas también tienen responsabilidad sobre el abuso sexual que por muchos años viven sus hijos. Quiero aclarar, que se reconoce que existan casos en las que las madres no saben absolutamente nada sobre lo que pasa bajo el mismo techo en el que viven.

En un grupo compuesto por mas de 300 adultos, mujeres y hombres, abusados sexualmente en la infancia, de los cuales nunca se hizo un reporte con la policía, citaron las razones por las cuales no se abrió un caso ante las autoridades; me llama la atención que esos casos nunca denunciados no forman parte de: “1 de cada 5 ninos ha sufrido algún abuso sexual antes de los 15 ” es terrible pensar que esa cifra es muchísimo mas alta de lo que las estadísticas indican.

Fueron muchas las razones que se citaron de el porque no se abrió un caso ante las autoridades, un 40% dijo que sus padres no les creyeron, otro 15 % sus madres habían encontrado al agresor en el acto y las madres no reaccionaron ante el hecho, la respuesta del otro 45% varió, nunca dijeron nada por el miedo, la vergüenza, pero la mayoría testifico haberles dicho a sus madres o a algun otro familiar pero fueron obligados a callar e instruidos a “tratar de olvidar”; lastimosamente, aún después que sus madres o familiares estuvieran conscientes o se les alertara de lo que sucedía, todos estos niños siguieron siendo abusados sexualmente el tiempo que siguieron viviendo en la misma casa con el agresor. 

Aún cuando hubo muchas reacciones y opiniones sobre el tema de la falta de ley contra aquellas madres, encontradas culpables por no haber denunciado el abuso sexual sufrido por sus hijos, se concluyo que como bien sabemos las leyes se crean para prevenir, sancionar y erradicar. 

Existiendo leyes, la madre se verá obligada a tener que denunciar el abuso sexual y de esta forma no solo liberar a sus hijos de tener que seguir viviendo por años en un infierno moral, físico y sexual, pero tambien a frenar y castigar este tipo de criminales, ya que se sabe que un pedófilo abusa de mas de 1 niño en su vida.

Cierro con el siguiente testimonio:

No soy una sobreviviente de abuso sexual infantil, pero si la madre de una sobreviviente.

Fue una de mis hermanas quien a los 12 años confesó haber sido abusada sexualmente por mi padre, su padrastro, mi madre molesta por su “mentira” la alejó tanto fue posible del núcleo familiar, fue enviada a vivir por largos meses por muchos años a casas de tias, primas, abuelos, era muy poco el tiempo en el año que ella regresaba a vivir con nosotros en la misma casa, sembrado en mi el repudio de mi madre hacia mi hermana yo también la juzgaba de loca, mentirosa y dramática, (aunque para ser sincera mientras iba creciendo iba recordando ciertos comportamientos de mi papá de una manera no muy adecuada con mi hermana pero trataba de ignorarlos) y el resentimiento hacia mi hermana mas crecía cuando acusaba a mi mamá de haber sabido que todo era verdad y que en alguna ocasión mi madre había encontrado a mi papá con mi hermana. A los 26 años me casé y tuve mi nena, ahora ya ella tiene 7 años, y como es normal es mi madre, su abuela, la que me ha ayudado con ella mientras yo trabajo de día. Un día se me ocurrió hablar con mi hija sobre la importancia de no dejar que nadie toque sus partes íntimas y para mi horror ella empezó a llorar y a pedirme perdón hasta ese momento mi cuerpo se enfrío y mi vista quedo en negro, lo que siguió me vuelve casi loca y con una culpa de por vida, mi hija me confiesa estar siendo abusada sexualmente por mi padre, su abuelo; y mi corazón terminó de romperse cuando al preguntarle quien mas sabía me contestó que su abuela, ella se había quejado con mi madre, pero ella le había pedido que no dijera nada porque yo me enojaría. Por supuesto mi reaccionar fue diferente a la de mi mamá. Hoy mi corazón duele no solo por mi hija y mi hermana pero por todos aquellos niños que sufren en silencio.