viernes, 24 de agosto de 2012

EL CORAJE DE SANAR...

    Hoy inicié el recorrido por las páginas de esta guía para supervivientes de A.S.I.

    En mi caso la progresión no fue de la sospecha a la confirmación, siempre lo supe, siempre fui muy consciente de ello, siempre estuvo presente el "INCESTO".
    Aún hoy en día me pregunto ¿Cómo sobreviví a ello?
    
    Hace poco me di cuenta que me disociaba en esos momentos de absoluto asco y miedo...

    Muy cierto, escribir es sanador, es catártico, ayuda mucho en la sanación o curación, como quieran llamarlo.

    "El dolor no engaña". Por supuesto que NO, el dolor que nos siembran en el ser, la mente y el alma, es tan grande que nunca se olvida, aunque sanemos...

    La única salida para terminar con el dolor es pasar por más dolor, culpa, juzgamientos, rupturas familiares, que nos tachen de locas, de estar llenas de odio, todos son dolores fuertes y duros que nos cuestan y dificultan mucho más la sanación, pero son indispensables para lograr nuestra victoria personal, porque es solo nuestra, de nadie mas... Aunque cada una de nuestras victorias, sumadas y aunadas a un mismo fin son la gloria de muchos, unirnos en una sola voz, terminar, acabar con el silencio, la impunidad, los abusos sexuales en la infancia...

    El terror no solo ha silenciado a las victimas, también ha silenciado a los familiares, amigos, conocidos y a la sociedad completa. El miedo al escarnio público, a la vergüenza, al que dirán. Se prefiere callar, guardar silencio ante ésta cruda y terrible verdad que destroza la vida de miles de seres humanos, algunos logramos enfrentarlo ¿A qué costo? y superarlo, otros no corren con la misma suerte...

    La introducción del libro se titula "La curación es posible", solo leí tres cortos relatos y ya las lagrimas se asomaban en mis ojos, (y es que leer el horror de otras supervivientes te hace recordar el propio) el nudo en mi garganta quemaba y no me dejaba emitir sonido alguno.
    No recuerdo si mi padre me amenazaba verbalmente (creo que si lo hacía) pero la sola acción de colocar su revolver 38 a un lado me dejaban muy en claro que no podía ni debía hablar...
    La intimidación siempre estuvo presente, ya que el hecho de ver a un hombre alto, fornido y muy agresivo me hacían ver que ni yo ni nadie podrían contra él.

    Sin embargo en mi caso eso fue una excepción porque a pesar de todo ello siempre hablé, lo conté, pedí auxilio, ayuda, pero JAMÁS la encontré...   

    Todo tipo de abuso sexual es dañino, y el trauma que produce no finaliza cuando acaba el abuso. El o los traumas permanecen durante toda nuestra existencia, pero en ocasiones aprendemos a reconocerlos y a lidiar con ellos, para así mejorar nuestra vida.

    ¿Por qué no puedo recordar que sentía o pensaba en los momentos en que era abusada? Sentía vergüenza con mi madre, sentía que era una mala chica (ya era adolescente) por estar con su marido...

    Alguna vez intenté cortar las venas de mis muñecas, pero fui cobarde para eso... Otras veces solo desee morirme y en muchísimas ocasiones manifesté y desee la muerte de mi padre... Acabo de recordar que pensaba y decía: Ojala se muera como un perro...

    Sentía un dolor terrible y profundo cuando el abuso llegaba al sexo anal, asco y arcadas cuando me obligaba a practicarle la felación... Su inmundo aliento era insoportable.

    ¿Cómo podía sentir placer masturbando a una niña?

    Crecí en una familia disfuncional y parece que solo yo puedo verlo...

2 comentarios:

  1. Me has emocionado.Imagino esa niñita suplicando ayuda y me da tanta rabia...
    Esto tiene que servir para algo,para que los niños de ahora si puedan ser escuchados.

    Un abrazo

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    1. Espero apreciada Amapola que nuestras voces de alarma ayuden a muchos y más aún que ayude a la sociedad a abrir los ojos y estar atentos...

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