jueves, 6 de septiembre de 2012

REVELACIONES Y CONFRONTACIONES...

Lo revelé desde muy pequeña, a través de mis hermanas. Se lo decía a ellas y les pedía que se lo dijeran a mi madre porque yo no era capaz de decirlo...
Recuerdo que la frase era: Pito me da bicho... Extraño, pero esa era mi referencia hacía lo que él me hacia. No sabia como definir al hecho ni a su miembro... Y mis hermanas transmitían la información a mi madre, pero al día de hoy parece que no hubo ninguna reacción de su parte...

Alguna vez mis hermanas ya adultas me preguntaron sobre la situación de abuso, y puedo fácilmente recordar que salieron algunas lagrimas y solo dije: "No me gusta hablar de eso". Ahí quedó todo... 

A mi madre y a mi padre jamas pude decirles nada cara a cara, eso me aterraba. Pensar en el dolor que le causaría  mi madre y en la reacción de mi padre, que fuese ha negarlo todo y me golpeara brutalmente... 

finalmente ese momento llegó (ya lo he contado en alguna de mis entradas) y dije a cada uno muchas cosas, sobre todo a mi padre, ese día me quité un enorme peso de encima... Pero aun quedaba la vergüenza publica y el señalamiento. Todo llega a su debido momento y el momento de empezar a hablar sin pena ni tapujos también llegó... Ahora lo hago y digo lo que ocurrió, algunas personas lo entienden o tratan de entenderlo, otras no lo entienden nada, no lo aceptan, no es creíble para ellos, eso no me importa porque yo se al igual que el agresor y sus cómplices (por omisión) que sí ocurrió... Ya no tengo vergüenza porque yo no tuve la culpa del hecho, no fui yo quien dañó a un ser inocente, no fui yo quien negó una ayuda o un auxilio, por ello no soy yo quien debe sentir vergüenza...

La confrontación y el fin del silencio me han ayudado mucho... Por mi niña interior y por mi hija no me importa tener raíces, eso puedo soportarlo, así como también puedo soportar la negación total de los hechos por parte de ambos agresores, que me tachen de loca, envidiosa, mentirosa, (todos en mi familia son unos mentirosos) y hasta de monstruo, este calificativo lo acepto con gusto porque realmente soy un monstruo a la hora de defender a mis hijos, nadie los dañará y quedará impune... Puedo soportar la rabia de algunos y el vehemente deseo de otros de que me vaya mal... 

A cambio de eso tengo la reivindicación de mi niña interior y el inmenso amor y alegría de mi hija... ¿Qué más puedo pedir?


1 comentario:

  1. Sigue caminando, para que siempre te acompañe la felicidad!!

    Un abrazo de Encontrando el camino...

    ResponderEliminar